domingo, 19 de febrero de 2012

EL CALLAO: UNA CIUDAD A ORILLAS DEL MAR






En la Provincia Constitucional del Callao, conjugan armoniosamente la historia, cultura y la naturaleza. Por esta razón desde hace varios años se ha convertido en uno de los principales atractivos para el turismo receptivo. La plaza Miguel Grau, ubicada cerca al muelle Dársena es el punto de partida para recorrer los principales atractivos turísticos de la ciudad. Este lugar casi siempre está invadido por el agitado ir y venir de personas para obtener información sobre las bondades turísticas y otros servicios del Callao. Allí en un ambiente de paz desde sus cómodas bancas custodiadas por grandes palmeras se observa el movimiento urbano y todo el panorama que presenta una parte del mar. Sin duda la pintoresca bahía que sirve de abrigo a las embarcaciones, es el destino favorito para los viajeros que se dejan llevar por los encantos que esta encierra. Los paseos son las actividades más divertidas que se pueden realizar en veloces chalanas para conocer las playas de Chucuito, Cantolao y todo el litoral del distrito La Punta.
Por otro lado es recomendable realizar un circuito turístico por la Plaza de la Independencia, la plaza José Gálvez, la Catedral del Callao, el parque El Cañón del Pueblo y la plaza Torre La Merced. Asimismo, el Museo del Ejército en la fortaleza el Real Felipe, el Museo Naval “Julio Elías Murgia”, y el Museo de Sitio Submarino Abtao, Estos últimos son considerados como centros educativos de excelencia destinados a preservar el patrimonio histórico- cultural de los pueblos. Además estos Museos sirven como medio de comunicación entre el hombre y el pasado; porque al admirar las valiosas colecciones y obras de arte, dan la idea de ser una semilla que germina y crece en el fértil campo del conocimiento de la juventud estudiosa. Asimismo alejándonos unos kilómetros de la ciudad, estamos cerca a las islas: San Lorenzo, el Frontón, Cavinzas y Palomino que permanecen mirando a las turquesas aguas que bañan a las playas de esta parte del Océano Pacífico. Estas islas desde hace miles de años albergan una innumerable cantidad de aves residentes y migratorias, mamíferos (lobos), peces y moluscos. La ruta se hace con tranquilidad para luego bañarse en la orilla de la isla Palomino donde se tiene una hermosa vista de las manadas de lobos de mar. También refiere la historia que en la isla San Lorenzo los antiguos peruanos de la época preinca la eligieron para hacer de ella un cementerio como último reposo de sus muertos. Allí el arqueólogo Julio C. Tello dedicó los mejores años de su vida realizando importantes trabajos de investigación. Para llegar a estos lugares y disfrutar del aire con fuerte aroma marino, el color de las gigantes rocas y sus montañas de arena de sus islas; los turistas realizan una travesía de cuatro horas, que es el tiempo que dura el recorrido programado por las empresas turísticas, en cómodos y lujosos “Yates Cruceros”. Allí la naturaleza ofrece un paisaje de indescriptible belleza. Viajar por esta bahía es crear imágenes y sueños en una masa de agua salada, vientos suaves como si fueran tiernas caricias de la amada, peñas grandes y elevadas en sus islas, cielo despejado sin nubes y estrellas. Un paseo por el mar ofrece descanso, paz y diversión que llega incluso alumbrarnos el alma y llenar de gozo el corazón.