domingo, 17 de febrero de 2008

EL MAR SÍMBOLO DE INMENSIDAD

El mar frente a la costa de la provincia de Huaura es un don de esa masa de agua salada que a sus pueblos le regala vida. Vida de abundante fauna marina que con el transcurso de los años motivó a las grandes concentraciones humanas a permanecer muy cerca de él. Pero ¿Cómo llegaron los primeros habitantes y se asentaron en esa parte de la costa?. Para intentar encontrar la respuesta habrá que recurrir a los más antiguos vestigios de su pesencia en esta zona. Además los estudiosos del pasado, tratan de encontrar satisfacción a la respuesta en las circunstancias climáticas de esos tiempos, así como al comportamiento de algunas especies de animales de caza del antiguo poblador. Estos animales durante la época de "seca" en la sierra (mayo a octubre) emigraban a la costa. Allí, gracias a las buenas condiciones del clima, las lomas con sus mantos de neblina que se suspende a unos 600 metros sobre el nivel del mar presentaban abundante vegetación.
Sin embargo en el período de lluvia (noviembre hasta abril), estos animales regresaban a la sierra en busca de la gran cantidad de pastos para su alimentación. Por estas circunstancias el primitivo hombre peruano, cazador y recolector, al acercarse en forma eventual a la costa en algún momento se deslumbró ante la vastedad y el misterio del mar. Y descubrió que le brindaría abundancia de alimentos. Fue tan grande su admiración que le dedicó mediante la cerámica la inspiración de su arte y a la vez su respeto en sumo grado. También es importante destacar que en la época incaica, este pueblo eminentemente agrícola no sólo le rindió el culto a la tierra, como la sagrada Pachamama; sino, que el culto al mar se evidenció en el nombre de Mamacocha. Los cronistas afirman que se veneraba al mar para que les diera abundante pesca y no se enfureciera. Para ello presentaban sus ofrendas, arrojásndole granos de maíz al Dios Viracocha. Según la leyenda se cree que este Dios vino por el mar desde lejanas tierras para enseñar buena doctrina.
El mar ha sido siempre el personaje esencial de la existencia de la humanidad. Se afirma que una vez que el hombre se ubicó en la costa consumió grandes cantidades de mariscos. Prueba de ellos son los conchales existentes en Playa Chica situada al sur de Huacho junto a la playa y la albufera de El Paraíso. Ahí también se encuentran Cerro Colorado y las Tres Marías. Los estudios han permitido ahondar el pasado remoto de esta zona norte del país y se desprende la teoría de que la actual provincia de Huaura fue cuna de una cultura milenaria.
Nuestro mar con su gran riqueza ictiológica, debido a la corriente peruana de Humboldt y a la cercanía de la cordillera de los andes es un lugar de fecunda actividad biológica que se materializa en su flora y en su fauna. Tampoco hay que olvidar que las tierras que corresponde a la provincia de Huaura, son inseparables en el espacio marítimo aledaño y ambos son el habitat del hombre de esta zona, beneficiaria de todos los recursos del mar. Por eso al mar no sólo se le valora por su enorme riqueza marina e ingentes reservas minerales que guarda en su fondo, sino también por ser el personaje principal en la historia del Perú, durante sus diferentes épocas: Descubrimiento, Conquista y Virreynato. Fue en esta última que tuvo lugar la fusión de la cultura incaica con la europea, permitendo así la llegada de los "bandoleros": Piratas y Corsarios que ocasionaron grandes desmanes y fechorías.
Pero durante la República, los peruanos tenemos una nueva conciencia del mar por ser el escenario de grandes hechos heroicos. Asimismo en la Independencia del Perú, el mar jugó un papel decisivo. El mar fue el camino por donde llegó el mensaje revolucionario del exterior para libertar no sólo al Perú, sino para libertar a toda América. La presencia del mar se sintió una vez más cuando el prócer de la Independencia de Chile don Bernardo O/Higgins despues de la batalla de Chacabuco en 1817 dijo: "Este triunfo y cien más serán insignificantes sin el dominio del mar peruano". Además en 1820 el Generalísimo don José de San Martín escribió a su compatriota don Nicolás Rodríguez Peña: "Aliadas las fuerzas argentinas y chilenas pasaremos por el mar a tomar Lima. Ese es el camino. ..
Para los escritores y poetas, el mar siempre ha sido una lección de literatura. Como lo dijo Neruda tratando de imitar al rtitmo amable y travieso de la marea en su Oda al Mar. "Aquí en la isla/el mar/y cuánto mar/ se sale de si mismo/a cada rato/dice que si, que no/que no,que no/dice que si, en azul/en espuma, en galope/dice que no, que no".
En cambio para Fernando Pessoa, el mar es furia y es nostalgia. Un bosque de olas despedazando las embarcaciones cuando dice: "Dios al mar el peligro y el abismo dio/más fue en él donde el cielo se miró". Asimismo mediante su hermosa Oda Marítima nos inunda de nostalgia a alejarnos de los puertos. "Y cuando el navío zarpa del muelle/y de repente nos fjamos en que se ha abierto un espacio/entre el muelle y el navío/me viene no sé porqué una angustia creciente/una niebla de sentimiento de trsiteza".
También merece mencionar la composición poética de Rafael Alerti, cuando en Retorno de lo vivo lejano nos dice: "Esplendor mío, amor, inicial de mi vida, quiero decirte toda su belleza, aquí, en medio del mar; cuando voy en tu busca, cuando tan sólo puedo compararte con la hermosura de las olas... Triste es hablar, cuándo se está distante, de los golfos de sombra, de las islas que llaman al marino que los siente pasar, sin verlos, fuera de su ruta".
Sin embargo, el mar en el transcurso de nuestra historia ha tenido una importancia fundametal en la formación de las leyendas y los mitos para tratar de explicar no sólo el origen de la vida sino que ha llevado al hombre a descubrir nuevas tierras y nuevos mundos. Así, por ejemplo el Dios Viracoca de los Incas que llegó por el mar para redimir al género humano. Después de todo, son muchos los personajes que han ayudado a consolidar la imágen del mar como si fuera un importante personaje de color azul y melancólico.

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